Amor en modo avión: sobrevivir (y disfrutar) una relación a distancia
Entre relaciones fallidas y otras que aprendí a cuidar, entendí que la distancia no es el enemigo si sabes cómo sostener el amor.
Hay relaciones que empiezan con un flechazo.
Otras, con un match.
Y, algunas, como es mi caso, con un tren, una maleta y muchas ganas de que funcione, a pesar de la distancia.
Siempre pensé que el amor era estar cerca. Que si no podías abrazar a tu pareja después de un mal día, no iba a salir bien. Pero aquí estoy, con dos relaciones a distancia a la espalda.
Y he de decir que ambas me han enseñado algo que no se aprende en las comedias románticas ni en las frases de Pinterest: que el amor a distancia no es para débiles, ni para distraídos. Es para valientes con buena cobertura, una agenda organizada y muchas ganas de construir, incluso sin tocar.
★ Cuando el silencio suena más que una llamada
Mi primera relación a distancia fue todo lo que una relación a distancia no debería ser. La que te hace preguntarte si sigues siendo novia o simplemente alguien que responder por inercia.
Nos veíamos dos o tres veces al año, y con suerte, algún finde suelto. Lo que al principio parecía independencia sana, con el tiempo se convirtió en desinterés. Dejamos de hablarnos con intención, de llamarnos, de compartir. Era como si poco a poco la relación se hubiese pasado a modo avión. Silenciosa. Inaccesible.
No había espacio para hablar de cómo estábamos. Nadie preguntaba de verdad, nadie se abría. Y así, sin peleas, sin dramas… un día me pregunté si aún éramos novios. Y la realidad era, que oficialmente sí. Emocionalmente, no lo sabía.
Mirando atrás, me doy cuenta de que no es que la relación no funcionara porque era a distancia. No funcionó porque ninguno puso el esfuerzo que requiere una relación a distancia.
Y no pasa nada, porque era joven, estaba aprendiendo, y también tuvo muchas cosas buenas. Pero si todo hubiera sido perfecto o solo os contara el lado bueno, este artículo no sería tan interesante, ¿verdad? Nadie quiere leer sobre la relación perfecta, porque esto no es una novela, es la vida real y no siempre sale bien.
★ ¿Y si el problema no es la distancia, sino cómo la llevamos?
Siempre se dice que las relaciones a distancia son difíciles. Y lo son. Pero también lo son las relaciones presenciales mal cuidadas, las convivencias forzadas, los amores tibios.
Lo que pasa es que la distancia no permite disimular. No hay espacio para bueno, ya lo hablaremos cuando nos veamos. Si no lo hablas, se pudre. Si no lo dices, se pierde. Y si no haces por mantener la conexión, se apaga. No hay excusas ni refugios físicos. Solo palabras. Y si no las hay, no queda nada.
La distancia es como una lupa. Amplifica lo bueno y lo malo. Si la conexión es real, crece. Si no, se rompe. Así de simple. Así de brutal.
★ Segunda oportunidad: amar de lejos, pero con ganas
Mi relación actual también es a distancia (pensaréis, que qué mala suerte, ¿no?) Pero todo lo contrario.
Nos vemos cada mes, a veces él viene, otras yo voy. Nos turnamos, nos organizamos. Y cuando no estamos juntos, estamos igual. Hablamos todas las noches (porque queremos, no porque sea obligatorio). Vemos series, jugamos a algo y nos contamos hasta la parte aburrida del día.
Nos escribimos cartas, nos enviamos detalles, organizamos viajes no solo para vernos, sino para vivir experiencias juntos. La distancia no nos separa: nos obliga a ser creativos.
Y lo más importante: cuando algo pasa, se dice. No se acumula. No se barre debajo de la alfombra digital, porque aquí todo se nota. Y rápido.
★ Cosas que he aprendido (y que ojalá me hubieran contado antes)
La comunicación no es opcional, es el pilar. No hace falta hablar todos los días, pero sí hablar bien. Con intención. Con escucha. Con ganas de estar presente aunque sea a través de una pantalla.
Haced que la rutina se sienta compartida. Una serie a la vez, una videollamada sin maquillaje, cocinar al mismo tiempo, jugar a algo juntos. Todo suma.
Los detalles cuentan más a distancia. Un paquete sorpresa, una carta, una nota escondida en la mochila. La distancia no permite abrazos, pero sí gestos que abracen.
Organizar la próxima fecha en la que os veréis. Siempre. Antes de despediros, saber cuándo vais a veros de nuevo, porque eso da estabilidad. Hace que el adiós sea más hasta pronto.
No posterguéis planes. Soñad juntos. Haced una lista de viajes, metas, ideas locas. Que el futuro no parezca una incógnita eterna.
Y si la distancia no os hace querer cuidaros más, plantéatelo. A veces una relación no funciona ni cerca ni lejos. Y es mejor dejarla ir que vivir en una espera constante que desgasta.
★ Amor en los 20s (a distancia, o no)
En nuestros 20s, el amor no siempre viene con manual de instrucciones. A veces viene con horarios imposibles, con billetes de tren, con datos móviles que se acaban en mitad de una llamada. Pero si algo he aprendido es que cuando hay voluntad, la distancia se gestiona. No siempre con facilidad, pero sí con cariño, compromiso y ganas.
Hay relaciones que terminan por distancia. Y hay otras que se fortalecen por ella. Porque estar lejos también te enseña a valorar lo que tienes, a elegir con conciencia, a hablar más y suponer menos.
Así que sí. Tener una relación a distancia no es fácil. Pero tampoco es una condena. Es una forma de amar distinta. Más intencional. Más hablada. Más pensada. Y, muchas veces, más profunda.
Porque cuando no puedes abrazar, aprendes a sostener de otra forma.
Y eso, en estos tiempos tan fugaces, ya es mucho decir.
¿Tú también estás en una relación a distancia? ¿O lo has estado? Escríbeme o cuéntamelo en comentarios para compartir nuestras enseñanzas juntas. 💌
Una relación a distancia es como una plantita, tienes que regarla todos los días porque a diferencia de la relación presencial, aquí no puedes fingir que la plantita está sana con solo verla, tienes que preocuparte realmente por las raíces incluso sin verlas
Admiro mucho las relaciones a distancia, yo nunca he tenido pero creo que los que sobreviven a los kilómetros, tienen bastante avanzado ya! Gracias por compartir tus historias bestie, me encantan 💖