Y no es que me pase algo horrible.
No tengo el corazón roto, ni que me he peleado con nadie, ni me han despedido… bueno esto último sí, pero sinceramente, necesitaba un cambio de aires.
Lo que quiero decir es que no ha habido un gran drama, detonante claro, un giro de guión. Simplemente, me está costando.
Levantarme. Cuidarme. Ser.
Y eso, cuando estás acostumbrada a ser la que da consejos, la que escucha, la que anima, la que cuida… duele un poquito más. Porque te miras en el espejo y piensas: ¿Y ahora quién me cuida a mí?
He escrito artículos siendo la amiga que dice sal de ahí, no te merece, tú puedes con esto, háblate bien.
Y no me arrepiento de ninguno.
Pero hoy no me nace ser la fuerte. Hoy no puedo comportarme como la hermana mayor o amiga de este pequeño rincón virtual que hemos creado juntas.
Hoy solo puedo ser la chica que no entiende por qué lleva días sin contestar mensajes, por qué no puede concentrarse, o por qué siente que no sirve para nada.
Porque sí, hay días en los que me siento inútil, y se me complica hasta cuidar de mí misma.
Y no quiero taparlo con frases motivadoras ni con filtros.
★ Ser la que siempre está bien cansa
Ser la que lo gestiona todo, la que siempre tiene un consejo en la punta de la lengua, la que maduró antes de tiempo también tiene un precio.
Y llega un momento en el que tu cuerpo dice: basta.
Tu mente dice: para.
Y tu corazón, silencioso, susurra: necesito que me cuiden, que me escuchen, que me entiendan.
Pero no siempre sabemos pedirlo.
Entonces te encierras.
Te comparas.
Te castigas por no estar a la altura de esa versión de ti que sueles mostrar.
Y así empieza el bucle:
Estoy mal → me siento culpable por estar mal → me aíslo → estoy peor.
Y vuelta a empezar.
A veces solo queremos que alguien nos diga que no pasa nada por no poder con todo. Que no somos frágiles por estar cansadas. Que no decepcionamos a nadie por no tener siempre energía, ganas, creatividad, fuerza.
Así que hoy solo puedo decirte esto: yo también me siento así. Y estoy aprendiendo a no odiarme por ello.
★ Esto no es un artículo para darte una solución mágica
Por desgracia, no existe. Y si existe, todavía no la he encontrado.
Pero vamos a intentar, entre todas, que sea lo más ameno posible. Así que aquí os dejo un mini manual para estas situaciones:
1. Haz lo mínimo
No tienes que hacerlo todo. Hoy, solo una cosa. Lavar tu cara. Tender la ropa. Leer un capítulo. Lo que sea. Pero una.
2. Vuelve a lo básico
Agua. Comida. Dormir. Salir a la calle aunque solo sea a tirar la basura. Que le dé el sol a tu cara aunque sea solo cinco minutos.
3. Habla con alguien que no te juzgue
No hace falta contarle toda tu vida. Solo un oye, estoy rara últimamente puede sacarte del bucle. Puede que te diga yo también. Y os podáis sentir más comprendidas y apoyadas.
4. Haz cosas sin productividad
Pinta algo feo. Mira una serie tonta. Escucha música que no te motive a hacer cardio. A veces descansar no es parar: es resistir a exigirte.
5. Vuelve a leer tus propias palabras
Yo a veces releo cosas que he escrito, para recordarme que he salido de otras veces. A ti te puede servir leer tus notas, un diario, o incluso estos artículos. Recordarte quién eres cuando se te olvida.
6. Perdónate
No estás fallando. Estás viviendo. Y vivir a veces duele. Pero no por eso lo estás haciendo mal.
Sé que normalmente intento ser la que te da fuerzas, pero hoy quería ser la que te mira desde el otro lado de la pantalla y te dice: Yo también me siento así. Y está bien.
No tienes que estar a tope para ser suficiente. No tienes que sentirte útil para tener valor. No tienes que ser productiva para merecer amor.
Hoy solo quería recordártelo.
Y recordármelo también.
Con cariño,
Àurea.
(Hoy firmo con mi nombre, porque aunque todo lo que escribo es personal, este texto no lo ha escrito “en mis 20s”. Lo ha escrito la chica que hay detrás. La que también se siente perdida e intenta encontrarse).
Haz reflejado a la perfección mi mood actual. Claro que puedo con todo, pero no con todo al mismo tiempo, a la misma hora, en el mismo lugar. Es difícil no sentirte culpable cuando el resto del mundo tiene expectativas muy altas sobre ti.
necesitaba leer algo así después de dejar mi grado universitario. muchas gracias 🤍